lunes, 25 de abril de 2011

Desarrollo de mi hijo/a en la escuela, una experiencia de temores y satisfacción

Desarrollo de mi hijo/a, experiencia de temores y satisfacciones

He podido apreciar que el nivel de desarrollo de mi hija es más alto que el de otros niños/as que no han recibido estímulos tempranos en la casa y la escuela de educación inicial.

Al ingresar los hijos a vida escolar, las madres generalmente experimentamos muchos temores, porque nuestros hijos e hijas se enfrentaran solos, eso pensamos, a un mundo desconocido.

En mi caso, mi hija dependía totalmente de mi, y el hecho de que ella entrara a un circulo donde debía convertirse en una niña independiente, me causó un caos y “eso que desde el embarazo estuve escudriñando libros y libros para estar preparada en cada momento del crecimiento de mi beba”.

Al principio me afligía, ella lloraba mucho para ir a la escuela, pero mi mente siempre firme sabia que eso iba a pasar, lloraba cuando la iban a buscar, en las clases, y durante todo el día de la primera semana lloró, pero se adaptó rápido, a la segunda semana la niña asumió que tenia que ir a la escuela, reconoció la persona que la transporta, a sus profesores y amiguitos y hasta a padres y madres de sus compañeritos.

Siempre he tenido una comunicación cercana con sus maestras para así disfrutar cada momento de mi hija dentro del colegio y sus avances, por esto puedo describir las fases de crecimiento por las que ha pasado, tales como de la fase de moverse con inseguridad a moverse con confianza, de comunicarse con monosílabos y señales a tener fluidez en su vocabulario. También observaba las cosas que iba aprendiendo, con quienes se relacionaba e interactuaba.

Desde la casa colaboro apoyando el trabajo de las maestras, logrando así en el menor tiempo las destrezas y habilidades propuestas por la escuela.

He podido apreciar que el nivel de desarrollo de mi hija es más alto que el de otros niños/as del sector que tienen la misma edad, porque a diferencia de estos ella ha recibido estímulos tempranos en la casa y la escuela.

En ocasiones he experimentado cierta frustración cuando me pone aprueba con sus rabietas pero trato de tener paciencia y se que está desarrollando sus emociones y que debo orientarla para que pueda controlar sus sentimientos y ser una persona equilibrada, pero sobre todo siento mucha alegría cuando veo, al igual que sus maestras, en ella ese gran progreso desde el principio del año escolar a esta fecha.

Algo que me llena de emoción y orgullo en los encuentros de padres es cuando dicen que mi hija es la primera en pararse en cualquier actividad, comparte con todos sus amigos, les da merienda y se come la de ellos, es defensora de muchos y todos la adoran.

“De los encuentros de padres siempre salimos alegres y llenos de sugerencias útiles para colaborar con la escuela en la estimulación de nuestros hijos”.

De estas reuniones aprendí que para desarrollar el lenguaje:
  • Mirar siempre a su hijo cuando hable con el y usar frases cortas y sencillas.
  • Escucharlo cuando hable y deje que termine las frases.
  • Animar a su hijo a hablar con su muñeca u osito de peluche. El juego le ayudara en su desarrollo lingüístico y creativo.
  • Cuando salgas con su hijo describirles las cosas, por ejemplo ese osito es rojo, ese perro es grande.
  • Ver libros que indiquen lo que hacen los protagonistas.
  • Ampliar lo que dice su hijo, por ejemplo: si dice llaves, decirle las llaves son de la puerta.
  • Animarlo a escuchar diferentes sonidos, pero no deje que se someta a fuego cruzado y continuo de sonidos al dejar, por ejemplo la radio y la televisión puesta todo el día.
Para el desarrollo intelectual nos sugieren:
  • El conocimiento de los colores, decir el color de la ropa a ponerle, objetos en la casa a usar de forma natural y sin atosigarle.
  • Contar con ellos.
  • Mencionar tamaños.
  • Discriminar temperaturas.
Educando les exhorta a todos los padres y madres a darles seguimiento al desarrollo de niños y niñas, asegurándoles así una vida sana.
Por: Yngri Joa Peña Madre de una niña de dos años

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